Disociación

La disociación es un mecanismo de defensa que ocurre cuando una persona se desconecta de su entorno, pensamientos, emociones o identidad.

Puedes imaginar la disociación como un “interruptor”, que nuestra mente activa para separarnos y protegernos de situaciones o recuerdos traumáticos.

Síntomas comunes de la disociación

✧ Sensación de desconexión de una misma o del cuerpo, como si estuvieras observándote desde fuera.

✧ Sensación de desconexión de la realidad, como si estuvieras viendo tu vida desde fuera, como si fuera una película o un sueño.

No recordar eventos importantes o partes de ellos, especialmente relacionados con un trauma.

✧ Sentirse desorientada, como si todo a tu alrededor fuera irreal.

✧ Problemas para concentrarse

✧ Sensación de desapego y distanciamiento emocional de la realidad y de los otros.

¿Cómo se trata la disociación en terapia?

El tratamiento de la disociación en terapia se enfoca en lograr una mayor conexión con uno mismo y con la realidad, a través de varios objetivos clave:

Mejorar la autorregulación emocional: será importante y prioritario ayudarte a reconocer y gestionar tus emociones, sin recurrir a la disociación.

Tolerar emociones intensas y/o negativas: es imprescindible favorecer el desarrollo de una mayor tolerancia al malestar, sintiéndote poco a poco cada vez más segura al experimentar estas emociones, en lugar de desconectarse de ellas y escapar mentalmente de una situación o recuerdo.

Reducir la sensación de fragmentación: podemos trabajar para que logres una percepción más integrada y coherente de ti misma.

Conectar con el presente: aprenderás estrategias para contrarrestar la sensación de distanciamiento e irrealidad, estando en el aquí y ahora.

Elaborar e integrar el trauma en tu historia de vida: será necesario ir a la causa de la disociación y trabajar los recuerdos traumáticos, en el pleno respeto de tu ritmo y de tu proceso.